Roberto Friol, el Gordo Insurgente (Remembranzas de los ochenta en la Biblioteca Nacional de Cuba)
Resumen
A mediados de 1977 llegué a la Biblioteca Nacional de Cuba, lugar de asistencia obligada de investigadores, profesores y estudiantes universitarios. La Biblioteca se encuentra enclavada en la famosa Plaza de la Revolución, por lo que “el vecindario —como gustaba decir el historiador cubano Julio Le Riverend—, no puede ser mejor”. En efecto, los edificios aledaños son sedes de importantes instituciones cubanas como el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el Ministerio del Interior, el Ministerio de la Fuerzas Armadas, el Ministerio de Comunicaciones y a antigua Junta Central de Planificación. En la Biblioteca Nacional me formé como investigador y, a principios de los ochenta, pasé a formar parte del colectivo de estudiosos y aprendí mucho de los investigadores ya consagrados que allí laboraban: Zoila Lapique Becali, Octavio Smith, Guillermo Sánchez, Alberto Muguercia, Ramón de Armas y Roberto Friol1, a quien van dedicados estos apuntes.
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