Personalistic leadership, party politics, and the quality of democracy: the case of Italy
Resumen
La historia política de Italia no se caracteriza por la aparición de grandes líderes políticos. Solamente en forma excepcional pocas figuras de liderazgo, tales como el héroe del nuevo esplendor Giuseppe Garibaldi, jugó un papel significativo y ampliamente alabado. Otros personajes, especialmente Benito Mussolini, han representado un régimen autoritario, por tanto contribuyendo a la desconfianza general de líderes poderosos. El presente artículo explora cuáles han sido y son todavía los obstáculos culturales e institucionales para el surgimiento de líderes poderosos. El más importante obstáculo cultural puede encontrarse en el sentimiento anti político ampliamente compartido por la población. En el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, la actitud prevaleciente de aversión a líderes fuertes fue manifestada conjuntamente por los dos partidos mayores, los Cristianos Demócratas y los comunistas. Esta aversión se institucionalizó en la Constitución Italiana, la cual contenía un tradicional modelo de gobierno parlamentario débil. A pesar del énfasis de Silvio Berlusconi en sus cualidades de liderazgo personal, o quizás precisamente debido a esta extrema personalización, la desconfianza hacia líderes posiblemente dominantes permanece amplia entre la población. Sus consecuencias no parecen ser positivas para la calidad de la democracia en Italia.
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